La desaparición de la actividad calera en las islas, fundamentalmente en Lanzarote y Fuerteventura, dió lugar al abandono paulatino de las infraestructuras industriales pero también, lamentablemente, de los conocimientos y saberes vinculados a la producción de cal.

De los diferentes componentes que integran el patrimonio cultural de las islas, es sin duda el etnográfico -tanto mueble como inmueble pero especialmente este último- el que ha sufrido un mayor impacto con la incorporación de las islas a la modernidad. Debemos reconocer que no en todas las islas la situación es idéntica, pues en alguna de ellas como Fuerteventura el impacto ha sido brutal como consecuencia de diferentes factores, entre los que no es menos importante la idiosincrasia cultural del majorero, forjada a lo largo de siglos de penurias económicas y abusos por parte de los propietarios de la tierra, que ejercían sobre ella y sus habitantes un poder casi omnímodo. En estas circunstancias no debe extrañar el desapego de los habitantes de la isla de todo aquello que recuerde ese pasado feudal.

Fuerteventura fue con mucho el territorio insular más pujante en la producción de cal, su geología es rica en caliches y la cal fue un producto muy demandado hasta los años sesenta del siglo XX. Esta relevancia en la producción de cal queda patente en la importancia de los vestigios conservados, que presentan una densidad en torno a las 5,53 caleras por km2, algo inaudito en cualquier otro territorio insular o continental.

Sin embargo esta densa representación territorial contrasta con el nivel de conservación que registran estos bienes, por regla general regular o mala. Son contados los casos de hornos de cal bien conservados y aquellos que han sufrido algún tipo de intervención han perdido mucho en un proceso hecho de cualquier manera y, generalmente, con fines ajenos a la conservación patrimonial.

Por tanto, la difusión de estos bienes es el motivo que justifica esta web y la fotogrametría (convergente o de objeto cercano) la metodología de representación, pues va mas allá de la simple imagen fotográfica al permitir reconstruir estas estructuras en caso de ser destruidas. Que puedan ser legadas o no a las generaciones futuras es responsabilidad exclusiva de la administración competente en la materia, el Cabildo Insular de Fuerteventura.